Wednesday, July 23, 2008

Un recuerdo muy especial

La verdad no es mi estilo hablar y hablar de mis recuerdos, pero esta vez voy a hacer una excepción… (Creo que debe ser la tercera o cuarta! Je je je).
Últimamente he tenido muy presente un recuerdo de los que tengo clasificado como “Muy especial” y creo que es hora de compartirlo.
No se mucho de mi árbol genealógico, pero de lo que estoy segura es de que mis abuelitos paternos son de la hermosa Salvatierra, Gto. Y de Acámbaro, también Gto.
Ya se que mas de uno querrá decirme que Acámbaro es de Michoacán y no de Guanajuato, pero no es así… yo he estado ahí, Acámbaro es Guanajuato!
En Salvatierra vivía mi bisabuela, ella era quien motivaba a la familia entera a frecuentar tan bella tierra (y es tan bella tierra porque para mí tiene mucho valor sentimental).
Cuando era niña me gustaba mucho la idea de ir, pero era mas bien por los paseos, el ambiente de pueblo, los garbanzos, los buñuelos en los portales, el parque, el kiosco… etc. etc. etc.
La familia se transformaba cuando estábamos ahí, todo era mas tranquilo, el aire limpio… era un paraíso.
Pero las últimas visitas fueron un poco diferentes, todo parecía igual que siempre, pero mi bisabuelita me llamaba mucho la atención, cada vez la veía mas y mas viejita, cada que íbamos ya comía menos, siempre le teníamos que recordar quienes éramos y mi corazón comenzó a cambiar de sentimiento.
La penúltima vez que fui a Salvatierra recuerdo que todos estaban disfrutando de la reunión familias, menos Estefanía (mi bisabuelita), ella debía permanecer en su cuarto ya que sus pulmones estaban cansados y no podía darse el lujo de subir/bajar escaleras o agitarse, no voy a mentir, la reunión estaba genial, pero yo quise subir y estar con ella, no se porque, casi no la veía y casi no convivía con ella, pero tenía la necesidad de estar con ella un rato.
Cuando llegué a su cuarto la salude dándole un beso en la mejilla y presentándome de nuevo “Hola Abuelita, soy Vero, la nieta de Lucio, hija de Manuel”… Ella me miro con sus ojitos ya muy nublados y me sonrío “pasa hija”… estuve con ella cerca de dos horas y en ese tiempo ella solo me conto una historia que duraba mas o menos 5 minutos, pero la repetía una y otra vez, cada una como si fuera la primera. Curioso, pero no me aburrí para nada.
Yo la miraba y la escuchaba y quería decirle que la quería mucho, me nacía y se lo quería decir, pero el miedo a la burla de los demás me detuvo, no quería que me dijeran barbera o algo asi.
Cuando el sueño le ganó salí del cuarto con un vacio en el alma que no me dejaba.
A la mañana siguiente nos preparamos para partir, empezamos a despedirnos de todos, yo solo le di un beso y me subí al carro, la miraba desde la ventana… sonreí al notar que para despedirnos todos se volvían a presentar.
Mi papa encendió el carro y mi corazón se aceleró, en cuestión de un segundo no me importó nada y abrí la puerta, me baje del carro y fui a darle un abrazo y otro beso a mi abuelita, le dije que la quería mucho… Ella me miró, me sonrío, me dio la bendición y me dijo “muchas gracias niña, de verdad muchas gracias”… ---Olvidé presentarme de nuevo---
En ese momento yo me sentí bien y nadie de la familia hizo el menor intento de burlarse.
La siguiente y última ocasión que pisé Guanajuato fue para enterrarla.
Ella ya no está en este mundo, al menos no como antes, ahora es un bello recuerdo en mi corazón.

Ciao Bye